El Molino Nuevo o de los Santos.
Nos es la primera vez que escribo sobre este Molino sito en el cauce del Río Tinto y espero que no sea la última. Si os fijáis en estas fotos publicadas en POR LAS ORILLAS DEL TINTO, de Pérez Quintero y otros, en 1991, la entrada del Molino está franqueada por dos elementos ya desaparecidos: las dos piedras de moler y el azulejo de los Santos (1813). Lamentablemente el vandalismo no sólo se ha cebado con el recorrido férreo, también los elementos arquitectónicos ajenos a la vía del tren están sufriendo el deterioro de los desalmados. Esperemos que si en un futuro, las autoridades deciden acondicionar estos viejos Molinos, recuerden que las labores de molienda se hacían de junio a septiembre y que durante el resto del año, el interior de los mismos era desmontado pieza a pieza, previendo que la arena y el agua del río los dejaría inútiles de octubre a mayo. Que gasten dinero pero con cabeza.
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