Conocía
la existencia de tu blog, lo he visitado más de una vez. Y sé que eres
un apasionado del Tinto y un conocedor de muchas anécdotas jugosas
relacionadas con su curso, sus orígenes millonarios y milenarios, sus
épocas de esplendor y decadencia, asociadas a su incomparable vía férrea
y a sus puentes oxidados y evocadores. Sin duda, un patrimonio que
habría que cuidar más y mejor, porque es historia viva y también muerta,
de nuestra provincia. Espero charlar algún día contigo cara a cara
sobre tus experiencias como bloguero y que me cuentes cosas sobre ese
río de aguas teñidas y sulfuradas. Después emulamos al aperaó y
refrescamos el gaznate. Un saludo máquina.
Miguel Ángel Monge