Desde hace aproximadamente un año tenía previsto realizar esta ruta de molinos por el Arroyo del Castaño en término municpal de Valverde del Camino, Huelva. Juan Carlos, un valverdeño amigo, me contó que había hecho el recorrido completo y le fue fácil ya que dos años antes un incendio limpió la zona de matorral. El cauce seco por el estío, le permitió realizar el tramo sin ningún problema, comenzando en la Fuente de la Melera -junto a la carretera Valverde-Niebla (Paraje Venta de las Tablas) y terminando en los Pinos de Valverde, junto a la carrtera N-435 a 5 kilómetros de Valverde del Camino.
Juan Carlos me aseguró que eran más de 12 molinos con diferente grando de deterioro. Actualmente no sabía cómo estaba de transitable el recorrido pera era fácil ver los primeros molinos arroyo abajo desde la Venta de las Tablas, y los últimos desde el Pinar de Valverde. Se brindó a acompañarme, pero estamos de vacaciones y preferí no molestarlo (de momento) y hacer una pequeña aproximación para conocer el terreno y pasar un rato en compañía de mi hijo José Luis. El lunes 9 de agosto, que amaneció algo nublado, fue el día elegido.
La experiencia no tuvo mucho éxito -la maleza lo impidió todo. Poco que contar. Por ello, aprovechando una guía de bolsillo sobre senderos para andar y pedalear por el término municipal de Valverde del Camino, editada por la Diputación de Huelva (regalo de mi amigo Juan Muñoz), uso sus textos como pie de mis fotos.
Se inicia la marcha en la CN-431 que conduce a Niebla, llegando al cabo de 1 km. al Manantial del Chorrito de la Melera. Después de pasar un puente dejando la fuente a la izquierda, se toma un senderillo a la derecha junto a unos eucaliptos que nos lleva al cauce del Arroyo del Castaño, que nace en el mismo Chorrito.
Cruzamos el arroyo por la cola de una pequeña presa de decantación de agua para el lavado de áridos, y vamos caminando siempre por la márgen derecha del Castaño, mucho más cómoda (es un sendero que a veces se separa demasiado del cauce del arroyo), salvo que en contadas ocasiones la vegetación o el terreno lo impidan, en cuyo caso habrá que atravesar el cauce.
Una vez recorridos 500 metros se llega a la unión con el Barranco de la Melera Chica, punto en el que se hallan los restos del molino del mismo nombre. A partir de aquí iremos encontrando distintos molinos ya derruidos, en los que todavía se observan el canal de entrada, los restos de la presa de agua e incluso la piedra de moler; así veremos los Molinos de Matías, Higueras, Feria, Castaño, Pirraco, Huerto de los Marines y Lanchoso.
Cruzamos el arroyo por la cola de una pequeña presa de decantación de agua para el lavado de áridos, y vamos caminando siempre por la márgen derecha del Castaño, mucho más cómoda (es un sendero que a veces se separa demasiado del cauce del arroyo), salvo que en contadas ocasiones la vegetación o el terreno lo impidan, en cuyo caso habrá que atravesar el cauce.
Una vez recorridos 500 metros se llega a la unión con el Barranco de la Melera Chica, punto en el que se hallan los restos del molino del mismo nombre. A partir de aquí iremos encontrando distintos molinos ya derruidos, en los que todavía se observan el canal de entrada, los restos de la presa de agua e incluso la piedra de moler; así veremos los Molinos de Matías, Higueras, Feria, Castaño, Pirraco, Huerto de los Marines y Lanchoso.
En todo el recorrido serán frecuentes las mimbreras, fresnos, chopos, así como zarzas, juncos, adelfas y a veces lirios. No faltarán en las laderas eucaliptos, jaras y junto a las casas de los molinos aparecerán huertos frutales. No será raro que sorprendamos algún pato en cualquiera de sus charcos más grandes o que espantemos algún jabalí o ciervo ante nuestra llegada.
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